Hace 25 años, el 18 de julio de 1994, ocurrió el atentado a la AMIA. Ese día trágico el Hospital de Clínicas, en Avenida Córdoba al 2300, atendió a cerca de 300 heridos.
“Este hospital no es de emergencia, es un hospital que nos manejamos por cirugía programadas: el día anterior sabes que cirugías te van a tocar. Ese día se llegó a largar dos cirugías y se retrasaron el resto. En el horario que todo estalló uno de los médicos me dijo: ‘fijate que pasó’, yo inocentemente dije: ‘un tubo de oxigeno’. Pero después nos asomamos y se veía todo humo y polvareda y empezaron las sirenas. Todavía no caíamos, uno de los médicos dijo: ‘es la AMIA’”, recuerda la instrumentadora Silvia Villanueva, que en ese momento tenía 27 años.
Desde el piso 12 donde se encuentran los quirófanos Silvia cuenta que muchas colegas que estuvieron ese día todavía siguen trabajando en el hospital. Ella lleva 28 años en esos quirófanos.
“Ese día se suspendieron todas las largadas de cirugías y empezaron a subir los pacientes. Los traían en puertas porque estamos cerca. Realmente funcionó como un hospital de emergencia. Lo impresionante fue la coordinación que hubo. Fue tan buena la organización humana que hubo. Venía un paciente, lo ubicábamos en un quirófano y se trabaja en equipo”.
De ese día Silvia recuerda a Romina, la primera chica que recibió. Tenía 18 años, dice y sigue nombrando en orden a quienes subieron a quirófano. “Me acuerdo de esos nombres porque fue un día que no me lo olvido más. Nos quedamos a dormir. Las instrumentadoras que estaban de vacaciones vinieron y se ofrecieron. Nadie está preparado para algo así, para enterarte de cada historia, son cosas que no me olvido”.
Por el 25° aniversario del atentado a la AMIA se pintaron tres murales, de 50 metros de alto por 14 de ancho cada uno, sobre las paredes laterales del Hospital de Clínicas a modo de homenaje y reconocimiento de la asistencia que brindó el establecimiento.
Silvia dice: “Me siento orgullosa de la institución y ver cómo nos manejamos. Yo amo esta profesión, el hecho de saber que desde nuestro lugar ayudamos, que si bien no podemos solucionar las cosas como nos gustaría, sé que ocupamos una parte muy importante en el eslabón de salvar vidas”.