A diez años del nacimiento de la AADI, Elena se candidateó para presidenta, “éramos muy pocas, no más de 200. Pero eso empezó a crecer voluminosamente”, recuerda.

Alrededor de los años 80, se comienzan los primeros cursos de actualización. “Empezamos haciendo jornadas con la Asociación Médica, hicimos una en común con la Asociación de Cirujanos. La primera fue en Concordia. Se hizo con participación nuestra, de las instrumentadoras, y de las enfermeras. Buscamos títulos que fueran de interés para todos. Resultó muy beneficioso, prendió, entonces decidimos hacer cursos en las aulas docentes de los hospitales municipales. Hicimos distintas jornadas, las primeras en el Hospital Argerich. Pronto decidimos la oportunidad de hacer congresos que no se habían realizado hasta la fecha”.

El primer Congreso Argentino de Instrumentadoras Quirúrgicas fue del 27 al 29 de noviembre de 1981. “Lo que hicimos fue concientizar sobre la necesidad de un Congreso y fueron unas cuantas instrumentadoras, 300, 400, eran muchas. Cuando hicimos el segundo, duplicamos. Había una necesidad. Así fue permanentemente: siempre en aumento y con temas abocados a la necesidad de las instrumentadoras. En ese momento la necesidad generalmente era de técnica quirúrgica, distinto es ahora que tenemos muchas necesidades en otros roles, por ejemplo de gestión y organización. Fuimos cambiando y amplificando”

Esa es una constante que Elena reconoce en la profesión: el cambio y el crecimiento.
“No nos alcanzaba el hecho de instrumentar, nos faltaba algo. Nos faltaba todo eso que fue apareciendo con la profesionalización. No nos encargamos solamente de las técnicas sino que además buscamos otras áreas. Hubo una actualización que fue creciendo hasta que resultó la supervisión del área y jefatura. Nosotras le cambiamos el perfil”

A la par del crecimiento de la profesión creció también la Asociación, en asociadas y en sus primeras filiales. “Estaba tirada en la playa de Mar del Plata pensando en todas las instrumentadoras que había en la ciudad y dije: yo que vengo siempre acá, ¿cuántas instrumentadoras hay? Y entonces no me quedé sin la respuesta, me cambié y al otro día fui al hospital que tenía escuela. Las fui convenciendo y a los dos, tres meses, formamos la filial Mar del Plata”. Luego siguieron La Plata, Salta, Tucumán. A sus 50 años la AADI cuenta con quince filiales en el país, de Jujuy a Tierra del Fuego.

El deseo de Elena es “seguir creciendo. La función de la Asociación tiene que ser crear conciencia y realidad en los profesionales para ser lo que son, o más de lo que son. Una frase que yo utilizaba mucho: no ponerse ningún límite, no te podes poner límites porque ya te lo ponen de afuera. No hay manera de ponerse límites en esto”.