Es domingo a la madrugada cuando Carolina va camino al aeropuerto de Ezeiza para tomar un avión hasta Perú donde la espera el buque hospital USNS Comfort, de la Armada de los Estados Unidos, que lleva adelante una misión de asistencia humanitaria.
Carolina Piagentini será la única licenciada en instrumentación quirúrgica argentina en la misión. Cuando subió el avión pensó que iría por 22 días, pero el puerto donde iba a bajar era muy peligroso, y la estadía se extendió 13 días más. Fueron 35 días en total.
“Yo soy un bicho raro, soy de quirófano pero siempre estuve en la guardia”, advierte en conversación con AADI, “en determinado momento de mi carrera cuando me llegaban pacientes todos traumatizados, inmovilizados, yo quería saber por qué venían así de empaquetados y en el quirófano lo desarmábamos como los desarmábamos. Entonces empecé a investigar y hacer cursos de pre hospitalarios. Me metí en la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía del Trauma, una sociedad multidisciplinaria, formé el comité de instrumentadores y empecé a hacer más lo que era emergencia”.
Carolina relata el camino que la llevó hasta el buque y que incluye seis años en la dirección operativa del SAME, “estaba haciendo pre hospitalario, armando eventos, controlando móviles, estuve en la unidad médica presidencial”.
En la actualidad es parte de la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias, “estoy a cargo de los comités de emergencias sanitarias de nación. Soy rara, no soy de las instrumentadoras de libro, me salí del carril bastante”, y los lunes hace guardia en el Hospital General Agudos Cosme Argerich, de donde es egresada.
Fue el director de Cascos Blancos, el organismo de la Cancillería Argentina dedicado a la asistencia humanitaria internacional, quien la llamó para convocarla al buque donde se tratan aproximadamente a 750 pacientes por día y realizan hasta 20 cirugías diarias a bordo.
“Es un buque que tiene capacidad para 1000 pacientes, 12 quirófanos, 4 terapias intensivas y el banco de sangre más grande del mundo”, relata Carolina sobre su primera misión en el exterior, “Fue una experiencia emocionante y movilizante. Te dicen: ‘vas a un buque sanitario’ y te imaginas que vas a operar, y la realidad es otra. Es un buque sanitario militar. Un buque Americano. Nosotros éramos civiles, pero el régimen era militar. Desde que lo recibís el paciente es tuyo hasta que se va de quirófano, entonces te venís movilizada. Éramos pocos instrumentadores visitantes, una chica de Costa Rica, un chico de Honduras que era de la armada y yo de Argentina. Con la chica de Costa Rica armamos un protocolo para que los pacientes puedan llegar a quirófano en condiciones”
Carolina es socia de la AADI desde sus primeros años de profesión, “ni bien me recibí” recuerda. Presidió hace 17 años uno de los Congresos que la asociación organiza. Desde su experiencia asegura: “La clave está en investigar, buscar cuál es tu especialidad”